Culminó un febrero de mucho entrenamiento, donde una vez más los kilométricos supieron cumplir y dejaron en alto la vara del esfuerzo.
El reloj sonaba cada mañana a las 4:30 aproximadamente para algunos, otros se arriesgaban hasta el último segundo posible en la cama, pero sabian que a las 5:30 comenzaría el entrenamiento.
Claro, si se omite habrá algunos reproches, hubo un dia que el entreno comenzó a las 5 de la mañana para participar de un trail nocturno. Las luces de distintos colores y formas se apoderaron de la noche y se entremezclaron con el amanecer.
Hubo de todo, entrenamientos temáticos, como: war on te beach, trail nocturno, guerra de agua, fiesta de disfraces y mucha pero mucha prenda. Respecto a esto último los integrantes tuvieron que lidiar con rigurosos desafios grupales y si uno no cumplía con lo estipulado, todos debian pagar.
La diversión, estuvo asegurada de principio a fin. No solo era esfuerzo y entrenar duro, sino reirse y disfrutar. El trail nocturno es un clásico impredible, dejarse llevar por el recorrido en la rambla de la capital montevideana y que las luces hagan lo suyo…
Además, en esta pretemporada se sumaron otras actividades como bike run, bike y swim.
El lanzamiento de la pretemporada kilométrica este año fue en balneario Kiyú. Allí se disfrutó de una mañana con mucho trail que con un poco de lluvia y viento potenció el goce.
El entrenamiento fue muy variado, y como se señalaba más arriba los juegos fueron un componente principal del menú de la pretemporada. La querida guerra de agua volvió a las canchas y con ella se trataron de saldar algunas cuentas pasadas o quizá recientes.
Si algo le faltaba a este grupo, eran personajes y el día del último entreno salieron hasta debajo de las piedras… hubo fiesta temática para cerrar a lo grande esta pretemporada que tantas alegrías y dolores musculares nos regaló.
