LOS SUEÑOS NO DESCANSAN
Mientras el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomienda las medidas de distancia interpersonal en todo el Estado para reducir los contagios de COVID-19, se ha efectuado una encuesta sobre salud mental. Pero, ¿cómo te afecta exactamente un cambio en los niveles de ejercicio y el aumento de tiempo frente a las pantallas y hábitos sedentarios?
Un estudio reciente publicado en Cambridge Open Engage, ha recogido los datos de varias cuentas de registro de ejercicios, tiempo pasado frente a las pantallas y salud mental de más de 3.000 estudiantes, trabajadores y antiguos alumnos de la Universidad Estatal de Iowa repartidos por todo el país desde el 3 al 7 abril, cuando la mayoría del país estaba en confinamiento para frenar al virus.
Los resultados muestran que aquellos que habían alcanzado anteriormente la cantidad recomendada de actividad física (150 minutos de ejercicio moderado y 75 de vigoroso o una combinación semanal) pero no lo lograron más tarde, también han registrado mayores problemas mentales, según Jacob Meyer, autor del estudio y director del laboratorio de Bienestar y Ejercicio de la Universidad de Iowa, según ha explicado a Runner’s World.
De hecho, los participantes en el estudio que cumplieron el aislamiento reconocieron que su tiempo sentados y frente a las pantallas aumentó entre un 20 y un 30 % de media. No está claro si ya la actividad física se sustituyó completamente por el tiempo delante de las pantallas, pero es posible. Mucha gente reemplazó las relaciones sociales por el refugio en el hogar durante el confinamiento, lo que se asocia con ese probable aumento del tiempo frente a las pantallas.